
CONTEXTO HISTÓRICO
Antes de surgir como una colina que interrumpe la trama urbana de la ciudad, el Nutibara hacía parte de una cadena montañosa que atravesaba el fondo del valle entre la vertiente oriental en el plan alto de Santa Elena y la vertiente occidental en las faldas del cerro del Padre Amaya. La erosión natural provocada por el río Medellín fue labrando el fondo del valle por millones de años, hasta crear una llanura. Los geólogos lo llaman un “cerro de fondo de valle”, pues es un elemento natural compuesto por un material muy resistente conocido como anfibolita que soportó la erosión provocada sobre el relieve alrededor del cerro.
Durante los s. XVIII y XIX, Medellín era conocida como la “Villa de Nuestra Señora de la Candelaria”, el cerro no existía como parte del paisaje y tenía el nombre de su propietaria: “Morro Marcela de la Parra”. A finales del s. XIX se construyó el Puente de Guayaquil, que unió al Corregimiento de Belén con la ciudad. A principios del s. XX cambió de propietarios y fue nombrado “Morro de los Cadavides”, comenzó a ser referente geográfico al cruzar por su base en el tranvía; fue testigo de un agitado movimiento pueblerino, pues en el costado sur funcionó por más de 50 años el Matadero Municipal. Fue oficialmente el primer cerro tutelar en 1927 cuando el Municipio adquirió los predios para destinarlo como parque recreativo, conservardo características ecológicas.
La Sociedad de Mejoras Públicas (SMP) fue la entidad encargada de su ornato y mantenimiento, en 1929 lo nombró “Cerro Nutibara”, en homenaje a un cacique indígena que vivió en la serranía de Abibe, pero que nunca conoció a Medellín.
En los años 40 y 50 llegaron nuevos vecinos al fundarse los barrios Tenche al sur, Nutibara y Fátima al costado occidental y el barrio Conquistadores al norte; ya era
evidente su deforestación por causa del uso de sus terrenos como potreros. Fué reconocido como mirador turístico, cuando se construyó en su cima el restaurante y los dos tanques de agua de EPM, habilitados en su parte superior con una gran terraza para divisar la ciudad.
Hacia 1974, el desarrollo urbanístico y residencial del sector provocó aislamiento físico de los otros componentes del sistema natural del valle, y una alteración de la diversidad biológica y endémica del lugar. En 1978 se construyó el Pueblito Paisa, como una manera de conservar la memoria de la arquitectura colonial antioqueña. La SMP promovió construcción de senderos peatonales, kioscos y juegos recreativos. En 1983 se construyó el Parque de las Esculturas, un sendero que reúne diez obras de artistas latinoamericanos. En 1984 se construyó el Teatro al aíre libre “Carlos Vieco Ortiz”, que ha significado la cuna del movimiento rock en nuestra ciudad. En el 2001 por iniciativa del Inder y en convenio con la Universidad Nacional, se crea la Granja Integral Autosuficiente, ubicada en el antiguo vivero-escuela del cerro.
Las últimas intervenciones se dieron en la administración de Sergio Fajardo, por medio de un concurso arquitectónico para intervenir la cima del cerro; se sembraron jardines, se restauraron las edificaciones del pueblito paisa, se creó la ciclo-ruta, se mejoraron los accesos, la malla vial y peatonal, así como el componente vegetal del cerro.



1889
1938
1974
1943
1998

























